Valeria

Si Tomás ha heredado el miedo de su padre, Valeria ha heredado su agresividad.

De lengua viperina, ocupa el lugar del coro en la tragedia griega: siempre expresa con lúcida crudeza lo que ocurre en la familia. Sin duda, el hecho de que viva en Francia a mil kilómetros de todos ellos lo facilita. Valeria defiende a capa y espada la autonomía que adquirió cuando se fue de casa en cuanto fue posible. El gesto, que a priori indica cierta rebeldía, fue más en realidad un acto de pura supervivencia personal. Y es que

bajo la apariencia fuerte de la benjamina de la casa se esconde una Valeria atribulada por sus propios problemas personales, que nunca comparte, y un profundo sentimiento de culpa hacia los suyos. Al quedarse embarazada del que será el primer nieto de Jacobo, Valeria regresa para enfrentarlo.