'Matar al padre' según Mar Coll

La creadora de la serie Movistar+ nos da las claves del universo de Jacobo Vidal y su familia

Actores y caracterización

Me gustaría empezar hablando de los actores, no sólo porque la elección de estos fue el primer paso de concreción del guión, sino también por la importancia que tienen en mis proyectos en general y específicamente en este. No sólo buscábamos actores que pudieran encajar en el perfil de unos personajes muy trabajados durante la escritura, también debían poder aparentar edades diversas y moverse con facilidad entre el registro del drama y el de la comedia para clavar el tono especial que queríamos imprimirle a la serie. Gracias a la colaboración de Mireia Juárez, directora de casting con la que trabajo habitualmente, el elenco de “Matar al padre” es a la vez una propuesta original, conforme a la originalidad de la serie, y más que efectiva.

Me centraré en la elección de Gonzalo de Castro que interpreta a Jacobo. Sabíamos que era probablemente la decisión más importante que debería tomar por el riesgo que implica la construcción de un personaje extremo que establece una relación de amor odio con el espectador desde el primer minuto. Gonzalo aportaba el grado de intensidad elevado y necesario para materializar el miedo de Jacobo. Es uno de esos actores a quien brillan los ojos y que termina congestionado en plena toma. Al hacer el sufrimiento de Jacobo palpable se genera la empatía. Gonzalo es también uno de esos actores extraordinarios que arriesga y no tiene miedo de llevar al personaje al límite condición indispensable para convertirlo en un personaje realmente memorable. Gonzalo confiaba plenamente en el personaje que fuimos construyendo junto con los demás a lo largo de un mes de ensayos y de pruebas de caracterización.

La caracterización de los personajes en función del paso del tiempo y de la época era, en efecto, una de las cosas que más me preocuparon a la hora de armar el proyecto. El trabajo que hicimos con Emma Ramos y Vinyet Escobar pretendía marcar diferencias entre los diferentes episodios sin “disfrazar” a los actores. Se trataba de mantener y proteger la naturalidad ante todo.

Producción y rodaje

Cuando abordamos la realización de la miniserie lo hicimos exactamente de la misma manera que hemos abordado mis anteriores largometrajes: con el mismo nivel de exigencia. Para ello contamos con el equipo de técnicos de primer nivel con el que trabajo habitualmente, conformado sobre todo por amigos, con experiencias mayoritariamente en el mundo de la ficción cinematográfica. Tuve la suerte de que todos se implicaron con el mayor compromiso que se pueda desear en este proyecto que muchas veces exigió de nosotros un nivel de entrega y de sacrificio extraordinario.

Al ser una miniserie relativamente corta, descartamos incorporar realizadores por capítulos pues yo deseaba tener el máximo control sobre el resultado final. Muy pronto, sin embargo, nos dimos cuenta de que deberíamos apretarnos el cinturón pues los tiempos y los medios de los que disponíamos eran significativamente más ajustados que en experiencias anteriores. Fue necesario incorporar una segunda unidad para hacer el proyecto viable, y para ello decidí contar con Diego Vega, Coautor de la serie y director de cine peruano de prestigio. Diego era el cómplice idóneo, por su sensibilidad, porque sentía el material como propio, lo conocía de primera mano y su compromiso era total.  

El rodaje fue bastante duro, básicamente por la dimensión del proyecto, por la clásica batalla contra las limitaciones de producción, pero también por un factor añadido. Hay que tener en cuenta que la serie se rodó en Barcelona durante los meses de septiembre, octubre y noviembre de 2017. Las circunstancias políticas y sociales en las que se desarrolló el rodaje permearon obviamente en el estado de ánimo de todos nosotros y por momentos perdimos la certeza de poder llevarlo a término. Si se pudo fue, como ya he dicho, por el compromiso de un equipo al que no puedo dejar de estar agradecida.  

Lenguaje

Mucho se ha hablado de las diferencias de lenguaje entre cine y televisión. En términos generales, puedo decir que el lenguaje es sustancialmente el mismo aunque sí aplicamos algunas variaciones. Con la directora de foto, Neus Ollé, optamos por una narrativa sencilla, que priorizara lo efectivo sobre lo interesante. También estuvimos pendientes del ritmo tanto de montaje como de lo que sucedía en los propios planos, intentando evitar un enfoque demasiado contemplativo. Básicamente tuvimos en cuenta la actitud y la atención que tenemos cuando estamos en casa como espectadores de ficción televisiva frente al nivel de concentración y de exigencia que tenemos como espectadores en una sala de cine. Yo misma he podido recoger las diferencias en función de mi propia experiencia. Se trataba de lograr un material más ligero, más claro, con ideas un poco más subrayadas, sin por ello perder las diferentes capas de lectura que tenía el guión, y con una propuesta visual estilizada que marcara la calidad cinematográfica del proyecto. La luz y el arte, de la mano de Xenia Besora, fue cambiando de los tonos cálidos a fríos capítulo a capítulo, a medida que nos acercamos al presente, al invierno, y a las dificultades del protagonista.